No me pidas que te cuente
no preguntes
No me pidas que te llame
no es la palabra
lo que mana del miedo
no es la forma, la que vence
los deseos
No me pidas, no quieras, que me calme
No sientas que puedes sofocar esta
humareda
que devasta hectáreas de fronteras
que caen de mi en cada uno de mis pasos
No basta, el mar no basta,
ni el que brota de mis ojos puede,
apagar la llamarada
que a base de quemar puros despojos
se abruma nublando con arrojo
cada noche a la luna de mi almohada
No creas que me sobras
no sientas que te basto
la brasa dormirá pronto en la noche
y el calor de mi fuego habrá pasado
Es probable que entonces llueva vida
Es probable que finja que no estaba
desolada hasta lo imposible
sin que apenas, se me notase nada
Espera, sé paciente, calmado,
no naufragues
Entiende que mi canto es de sirena
no dejes que a ti te embargue la pena
cuando mi alma, ya ríe del pasado
Pronto renacerá la nueva vida
desde los escombros desahuciados
sólidos cimientos de futuro
amplios, enormes, soleados
Pronto...la mitad de mis días
Pronto...
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